Feliz Navidad

La tradición enseña que Jesús nació un 25 de diciembre, pero esto no ha sido todavía confirmado de forma contundente, dado que la Biblia demuestra que cuando nació Jesús (Lucas 2:8) dice: “Y había pastores en la misma tierra que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su ganado”. Según el pasaje que se acaba de citar, en esa época había pastores que estaban al cuidado de su ganado en la noche. Hombres conocedores del clima en Israel afirman que a finales de noviembre los pastores recogían sus ganados por causa de las lluvias y el frío tan fuerte que hace en el mes de diciembre.

Algunos teólogos y científicos cristianos han concluido que talvez Jesús pudo haber nacido por el mes de septiembre, lo cual también no está comprobado de forma contundente, pero el propósito por lo cual se une gran parte del mundo es por el nacimiento de Jesús, y aunque no sepamos la fecha exacta, el gesto es noble, porque evoca amor y sensibilidad en los corazones de los seres humanos.

Para reflexionar acerca de aquellas cosas que se han hecho mal durante todo el año y así poder corregir para el año 2012, y no repetir esos malos episodios que a muchos les causó tristeza y dolor, por un mal gesto o una actitud inapropiada, es momento de hacer un alto en el camino y pedir perdón, porque el amor es más grande que el odio y el perdón más que la venganza.

Si en El Salvador se practicara el amor hacia el prójimo, el respeto mutuo y tuviéramos compasión de aquellos seres humanos que deambulan por las calles con sus hijos e hijas que no tienen techo, abrigo, alimentos, tendríamos otro escenario, donde reinaría la tolerancia y los principios más nobles que engrandecen al ser humano como lo es el amor.

Sentir compasión no es suficiente, es necesario que nos levantemos de los escritorios donde dirigimos una empresa, ya sea en calidad de dueños, gerentes, ejecutivos, o como empleados de rangos medios y poder compartir alimentos, abrigo y una plática amena aunque sea de cinco minutos con los más necesitados.

Dejando a un lado la corbata y el saco, para comenzar a sentir el calor humano de los más necesitados, como son los indigentes, los ancianos de los asilos, las personas con discapacidad que están en los centros de rehabilitación, dado que estamos en una sociedad muy religiosa, que nos pegamos golpes en el pecho, que se hacen largas oraciones, pero que se actúa muy poco.

Si los pastores y los sacerdotes se unieran para hacerle frente a las necesidades de los más pobres, en lugar de estar discutiendo sobre diferencias doctrinales y utilizaran los medios de comunicación que Dios les ha permitido tener, para diseminar el mensaje de amor de nuestro Señor Jesús, que dijo: “Mi paz os dejo mi paz os doy” tendríamos una sociedad más justa y equitativa, basada en principios bíblicos.