Boda en bélgica

Como gurú de las bodas, quiero contarte las tradiciones y diferencias que puedes encontrar en bodas celebradas fuera de España. Seguro que tienes algún amigo o amiga que se casa en el extranjero y no quiero que te coja desprevenida. Para empezar, ¿qué te parece una boda belga.

Las bodas en Bélgica suelen comenzar con una reunión en casa de la novia antes de acudir a la Iglesia. A esta reunión acuden los familiares más cercanos y amigos de los novios, hasta el novio, por lo que no siguen la tradición española de no ver a la novia hasta llegar al altar.

La ceremonia es muy similar a la celebrada aquí, sólo que no existen las figuras de padrino ymadrina y tampoco se entregan las arras. En ocasiones, los novios dan la bienvenida a los invitados antes de hacerlo el sacerdote.

Una de las grandes diferencias que hay con las bodas belgas son los distintos tipos de invitados. Pueden ser de tres clases: los que están invitados sólo a la recepción, o lo que nosotros consideramos cocktail (aunque es un cocktail mucho más largo), que son los invitados menos íntimos; los que están invitados a todo, es decir, a la recepción, al almuerzo o cena y también a la fiesta, y por tanto los invitados más allegados; y los que sólo están invitados a la fiesta. Por lo que si estás invitada a una boda belga, fíjate bien en la invitación, pues es donde se indicará qué tipo de invitada eres. ¡Menos mal que esto no se hace en España! ¿Te imaginas el lío que debe ser organizar las invitaciones?

¡Ah! Un consejo, si sólo estás invitada a la recepción debes irte cuando los camareros comienzan a pasar aperitivos dulces, ¡es la señal! Además no se considera elegante servir cerveza en la recepción, así que si te mueres por una, tendrás que esperar a las copas después del almuerzo o cena.

Una de las costumbres más divertidas de los belgas es que los novios entran en el salón donde se celebra la comida o cena al ritmo de música fuerte (suele ser algún “hit” del momento), mientras los invitados se levantan girando las servilletas. ¡Te aseguro que la primera vez que se ve causa impresión! Un detalle a tener en cuenta: normalmente a los matrimonios les separan, uno en una mesa y otro en otra distinta, por lo que si estás casada prepárate para practicar inglés o francés con el invitado que tengas al lado. Esto lo hacen para que los invitados se conozcan entre sí y socialicen.

Pero la tradición belga más importante son los discursos que se dan durante el almuerzo o cena. Suelen ser seis, aunque a veces se reducen. Lo agradecerás si no entiendes el idioma. Antes del primer plato le toca el turno al padre de la novia. Antes del plato principal es el padre del novio el que habla y después pueden participar los hermanos de la novia, los hermanos del novio, los testigos de la novia, los testigos del novio. En fin, que el almuerzo o cena puede hacerse muy larg0.

Y para terminar, como nosotros, copas y música. En esto no nos diferenciamos mucho. Bueno, pues espero que recuerdes estos detalles si tienes una boda en Bélgica.